Cuando era chica y viajaba en tren de noche, miraba por la ventanilla observaba todas esas luces y me decía "cuanta gente que no conozco", "¿todas las familias serán como la mía?"
Yo creía que todas las historias eran parecidas a la mía, a la de mi entorno, que todas las lágrimas, las sonrisas, las tristezas, las palabras, los sueños, los gritos eran como los mios.
Pensaba que el mundo estaba lleno de Melinas, de Lilianas, de Pablos, de Macarenas... de abuelos padres, de tíos padres, adictos, solteros, de tías madres y preocuponas, locas, querendonas y atentas. Todas las veces que miraba una cara, pensaba que esa cara tenia las mismas expresiones que las mías, que las muecas eran sucesivas e iguales, que todos sentíamos lo mismo, que no había mas que tristeza en este mundo que muchas veces pensé sin razón.
Mundo sin razón pensé mil veces, es mas muchas veces lo sigo pensando, muchas veces me sigo reprochando ese sentimiento. Y recorro pensamientos, historias pasadas, presentes e imagino venideras, y me lo reprocho aún más.
Ese mundo sin razón, es el que muchas veces me da la razón, desanima hasta el mas optimista. Pero otras veces te carga de emociones tan lindas, tan llenas de experiencia, de amor y sinceridad que aclara el camino y llena mi "YO" de ganas de hacer, de sentir y experimentar, todas esas emociones y de llevar de bandera "mi mundo sin razón" porque esta bandera esta cargada de experiencia y superación, por más que muchas veces parezca atada a plomos.. me invita a descubrirme, a ir más allá de mis limitaciones y querer superarlas, a perder el miedo de hacer, pensar, oír y sentir.
Hoy me doy cuenta que no estamos atados a una maquina que reproduce sentimientos y nos convierte en actores de las mismas historias una y otra vez.
Que este mundo sin razón, me da la razón de cambiar mi mundito y hacerme cargo de ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario