PaJaRoS eN lA cAbEzA y SoÑaR ♥













sábado, 26 de marzo de 2011

La lucha de las mujeres de pañuelos blancos, que lucha tan grande y tan extensa, TAN fuerte que el tiempo no las opaca.
Es motivo de lucha su lucha, es motivo de honra, es motivo de alegría y perseverancia.
ABUELAS Y MADRES palabras con tanto significado, que ustedes damas de pañuelos blancoS enaltecieron con su lucha!
Nunca Más-
PORQUE LA MEMORIA TIENE FORMA DE JUSTICIA
GRACIAS POR LA LUCHA!

sábado por la noche.

Esas cosas que te pasan mientras estas sentada en un sillón viendo una peli y te pones a pensar.. "esto me pasa a mi, pero estas cosas novelescas de mi vida no terminan tan bien" y ahí la protagonista de la película le PReGUNTA a su padre Si el amor de pareja perdura en el tiempo (CHAN), Y ahí es cuando me hundo en el sillón y me quiero comer 4 kilos de helado, para no ponerme a pensar que eso definitivamente en mi vida no puede pasar, ni la parte situacional de hija hablando con su padre, ni la de mujer escuchando de un hombre una respuesta alentadora sobre el amor.
Ojo ehhh que no soy ni una frustrada, ni nada por el estilo, falta un tiempo y un par de boludos más para que me sienta así, solo que las buenas experiencias por Noroeste del conurbano NO TIENEN LUGAR, más acotadamente por esta casa no pasan, dispuesta pero claro que siii...

miércoles, 23 de marzo de 2011

Esa SoY Yo?

Y viste como es, un día escuchas el tren pasar, un auto rodar, el colectivo pasar por al lado, un señor que te mira fijo, un bebe que te sonríe, una mujer que llora sola, un nene con la mochilota yendo a la escuela. Y ahí caes de como la vida pasa sin darte cuenta, como de un día para el otro estas acá de este lado escribiendo, el otro, leyendolo, el otro corriendo y el otro enfermo.
Un día te despertas con toda la onda acumulada en vos, como si fueras un "parabuenaonda" y otros estas tan gris que no te soportas ni vos mismo y ahí decís ¿qué me pasa? ¿tan bipolar puedo ser? ¿ a todos nos pasa? o soy yo la maldita malhumorada y la niña super feliz ¿ ambas soy yo? a veces siento que debería pedir un certificado de identidad, que acredite a los demás y a mi misma que se trata de la misma persona (tanto trabajo me esta haciendo mal).

domingo, 20 de febrero de 2011


I took a heavenly ride through one silence
I knew the moment had arrived
For killing the past and coming back to life ..


Pink Floyd ♥

Ya No qUiErO MáS VeRtE pAsAr -

así sentía, así No QUIERO Más
!
Hubo una vez que fue la primera vez, y entonces el bicho humano se alzo y sus cuatro patas se convirtieron en dos brazos y dos piernas, y gracias a las piernas los brazos fueron libres y pudieron hacer casa mejor que la copa de los arboles o la cueva de paso. Y habiéndose erguido, la mujer y el hombre se descubrieron que se puede hacer el amor cara a cara y boca a boca, y conocieron la alegría de mirarse a los ojos durante el abrazo de sus brazos y el nudo de sus piernas.



PALABRAS ANDANTES- EDUARDO GALEANO
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Mujeres de ojos grandes ~ A.M.

Tía Jose Rivadeneira tuvo una hija con los ojos grandes como dos lunas, como un deseo. Apenas colocada en su abrazo, todavía húmeda y vacilante, la niña mostró los ojos y algo en las alas de sus labios que parecía pregunta.

-¿Qué quieres saber? -le dijo la tía Jose jugando a que entendía ese gesto.

Como todas las madres, tía Jose pensó que no había en la historia del mundo una creatura tan hermosa como la suya. La deslumbraban el color de su piel, el tamaño de sus pestañas y la placidez con que dormía. Temblaba de orgullo imaginando lo que haría con la sangre y las quimeras que latían en su cuerpo.

Se dedicó a contemplarla con altivez y regocijo durante más de tres semanas. Entonces la inexpugnable vida hizo caer sobre la niña una enfermedad que en cinco horas convirtió su extraordinaria viveza en un sueño extenuado y remoto que parecía llevársela de regreso a la muerte.

Cuando todos sus talentos curativos no lograron mejoría alguna, tía Jose, pálida de terror, la cargó hasta el hospital. Ahí se la quitaron de los brazos y una docena de médicos y enfermeras empezaron a moverse agitados y confundidos en torno a la niña. Tía Jose la vio irse tras una puerta que le prohibía la entrada y se dejó caer al suelo incapaz de cargar consigo misma y con aquel dolor como un acantilado.

Ahí la encontró su marido que era un hombre sensato y prudente como los hombres acostumbran fingir que son. Le ayudó a levantarse y la regañó por su falta de cordura y esperanza. Su marido confiaba en la ciencia médica y hablaba de ella como otros hablan de Dios. Por eso lo turbaba la insensatez en que se había colocado su mujer, incapaz de hacer otra cosa que llorar y maldecir al destino.

Aislaron a la niña en una sala de terapia intensiva. Un lugar blanco y limpio al que las madres sólo podían entrar media hora diaria. Entonces se llenaba de oraciones y ruegos. Todas las mujeres persignaban el rostro de sus hijos, les recorrían el cuerpo con estampas y agua bendita, pedían a todo Dios que los dejara vivos. La tía Jose no conseguía sino llegar junto a la cuna donde su hija apenas. respiraba para pedirle: "no te mueras". Después lloraba y lloraba sin secarse los ojos ni moverse hasta que las enfermeras le avisaban que debía salir.

Entonces volvía asentarse en las bancas cercanas a la puerta, con la cabeza sobre las piernas, sin hambre y sin voz, rencorosa y arisca, ferviente y desesperada. ¿Que podía hacer? ¿Por que tenía que vivir su hija? ¿Qué sería bueno ofrecerle a su cuerpo pequeño lleno de agujas y sondas para que le interesara quedarse en este mundo? ¿Qué podría decirle para convencerla de que valía la pena hacer el esfuerzo en vez de morirse?

Una mañana, sin saber la causa, iluminada sólo por los fantasmas de su corazón, se acercó a la niña y empezó a contarle las historias de sus antepasadas. Quiénes habían sido, qué mujeres tejieron sus vidas con qué hombres antes de que la boca y el ombligo de su hija se anudaran a ella. De qué estaban hechas, cuántos trabajos habían pasado, qué penas y jolgorios traía ella como herencia. Quiénes sembraron con intrepidez y fantasías la vida que le tocaba prolongar.

Durante muchos días recordó, imaginó, inventó. Cada minuto de cada hora disponible habló sin tregua en el oído de Su hija. Por fin, al atardecer de un jueves, mientras contaba implacable alguna historia, su hija abrió los ojos y la miró ávida y desafiante, como sería el resto de su larga existencia.

El marido de tía Jose dio las gracias a los médicos, los médicos dieron gracias a los adelantos de su ciencia, la tía abrazó a su niña y salió del hospital sin decir una palabra. Sólo ella sabía a quiénes agradecer la vida de su hija. Sólo ella supo siempre que ninguna ciencia fue capaz de mover tanto, como la escondida en los ásperos y sutiles hallazgos de otras mujeres con los ojos grandes.